La Dama
de Elche es una escultura íbera en piedra caliza,
que se data entre los siglos V y IV a. C.
Mide 56 cm de altura y pesa 65,08 kg.
Posee en su parte
posterior una cavidad casi esférica que posiblemente servía para introducir reliquias, objetos
sagrados o cenizas como ofrendas a los difuntos.
La pieza se encontró cerca de Elche, donde existe un montículo que los árabes llamaron Alcudia ('montículo') y que en la antigüedad
estaba casi rodeado por un río.
La escultura está bien conservada, si bien
muestra numerosos golpes y erosiones y ha perdido casi toda su policromía original y la pasta vítrea que
rellenaba sus ojos. Representa a una mujer de rasgos muy perfectos,
posiblemente idealizados y espléndidamente ataviada con ropajes y joyas.
Aquí imaginamos cómo estaba pintada:
La mujer representada viste una túnica y
mantilla sostenida por una peineta (que puede parecer una tiara), que cae atravesada
sobre el pecho. Esta mantilla era rojiza y en ella aún quedan restos de
pintura. Sobre la mantilla, un gran manto (albornoz)
de tela gruesa y pesante la cubría. Era de color marrón con un ribete rojo. Los
labios conservan también restos de su color rojo. Está tallada en caliza fina
de color naranja, y la cara tiene el color original de la piedra.
La dama lleva joyas características de los íberos:
unas ruedas que cubren las orejas y que cuelgan de unas cadenitas sujetas a una
tira de cuero que le ciñe la frente, collares y coronas con pequeñas cadenas y
filigranas.
Aquí una modelo representa la dama:
Se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de España,
en Madrid (España).
Este vídeo explica un poco más sobre la Dama de Elche, otras estatuas parecidas, y lo que sabemos sobre ellas:
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